Asesino.

¿Es malo aquel que mata a un hombre? ¿Y a un insecto? ¿Hasta dónde llegan los límites morales?

Hoy en día la opinión pública ve con malos ojos la tauromaquia y lo que se entiende por maltrato animal es ahora amplio. Hay puntos que no comparto, pero en general está bien que se defiendan los derechos animales. Sin embargo, antes la vida de los animales no tenía más valor para la mayoría de las personas más allá de su precio comercial y su utilidad alimenticia o su uso como herramienta. Parece que con el paso del tiempo la gente fue empatizando con ellos y se ha querido evitar su sufrimiento en general, no sólo el de las mascotas, siempre más próximas al corazón del ser humano. Ahora bien, lo que en general no ha cambiado es el «odio» a los insectos, casi todo el mundo los mata sin cargo alguno de conciencia, aunque luego están los budistas, amantes de la vida en cualquiera de sus expresiones.


La Naturaleza nos enseña que la muerte es parte de la vida, los seres vivos se matan para comer, por competencia, para reproducirse, etc… La ley de la selva es clara y nadie se siente culpable por seguirla. Seguramente nosotros en un ambiente que se preste a ello nos convertiríamos en asesinos sin piedad, para defender lo que nos pertenece por derecho; al fin y al cabo ya nos matamos los unos a los otros por dinero y petróleo.

Hay un libro que me quiero leer y es «Más allá del Bien y del Mal», no lo he leído aún pero siempre que pienso en temas de estos se me viene a la cabeza el título, pues; qué está bien y que está mal después de todo. Lo que se considera incorrecto cambia con el tiempo, lo que se considera bueno, o no, es relativo según a quién le toque vivirlo. Hay quien dice que el mal es «banal», que no se es necesariamente un «monstruo» por hacer cosas malas, o algo así dice Hannah Arendt. Por otro lado está el tema de la guerra, matar es lícito siempre que la decisión venga de parte de la colectividad.


Yo tengo definición propia de lo que es «bueno» y de lo que es «malo», pero en esta ocasión quiero únicamente invitar a la reflexión. ¿Qué consideras malo y qué bueno hoy? ¿Y mañana, seguirás pensando lo mismo? ¿Por qué?

3 comentarios

  1. Estoy totalmente de acuerdo. Creo que este tema es muy delicado, ya que hay demasiadas formas de verlo y sobre todo de interpretar qué está bien y qué no está bien. Yo personalmente estoy totalmente en contra de la tauromaquia; en cambio como como carne, me maquillo y me lavo el pelo con productos que seguramente han sido testados en animales… Es horrible pensar sobre este tema y ver esa hipocresía que tanto odio en mí misma. Espero que con el tiempo las cosas cambien y me sienta preparada para contribuir a que los animales, al menos por mi parte, dejen de sufrir, incluso los más pequeños, que para mí son los más impresionantes y curiosos, y a la vez los que más rechazo sufren

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    1. Buenas noches, Paula. Efectivamente es un tema muy personal, cada uno sigue su código. El valor de la vida aparenta ser muy relativo y eso lo muestra la Historia. A los animales habría que tratarlos con respeto, aunque sean comidos; no debes sentirte culpable por comerlos, ya que comer plantas es comerse a otro ser vivo al fin y al cabo. El problema está en cómo se trata al ganado y demás. Nuestra conducta respalda la afirmación que el concepto general de mal es frívolo. Debe ser cada uno el que pugne por mejorarse a sí mismo y buscarse una ética consecuente, porque guiarse por la colectividad es seguir a un capitán ciego.

      Un saludo!

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  2. […] considerarse una continuación del tema abierto en “Asesino“, una profundización en el terreno moral tal y como yo lo veo. Así de paso satisfago el […]

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